BEJUMA 1843-2013 – 170 AÑO
Crónica de Víctor Coronel
De esta forma nació Montalbán a partir del 17 de Enero de 1732.
“Montalbán, un espacio en el tiempo”, pag. 33 y 34 de la insigne Cronista
Oficial de Montalbán, Sra. Mary Acuña Parra.
Desde la fundación de la ilustre villa de Montalbán, convertida en
Cantón, los terrenos del valle de Bejuma formaban parte del territorio
montalbanero. “Para el siglo XVIII las tierras del valle de Bejuma estaban
repartidas por datas Reales, a españoles peninsulares y españoles americanos.
La aldea Bejuma comenzó a poblarse por un grupo de terratenientes residenciados
en Montalbán. Fueron estableciendo sus hogares en el fundo llamado Bejuma, para
hallarse así más cerca de sus tierras de labranza y pastoreo. Este fundo lo
disfrutaban en comunidad varias familias pioneras: Los Ojeda, Arocha, Piñero,
Núñez, Tortolero, Páez, Ortega, Latouche, Ruiz, Pinto, Rodríguez, Soto y Monje,
Román de Vera, Coronel, García de Silva, Rivero y otras, de tradición agrícola
en su mayoría. La parte más extensa del valle correspondía a la pareja formada
por Miguel Coronel y Candelaria Soto. Es el mismo terreno donde hoy se levanta
la población de Bejuma. Esta pujante ciudad fue la heredad de quienes tenían
allí sus tierras.
“Cuando se plantea que históricamente Bejuma constituye desde el
punto de vista formal, una de las poblaciones más jóvenes del Estado Carabobo,
estas investigaciones se refieren a la antigüedad de su tradición documental
funcional, que sin lugar a dudas ubica el nacimiento del poblado, hacia la
década de 1840”.
La cuadrícula funcional de Bejuma, no se parece a la de otros
poblados venezolanos con pasado colonial. Sus amplias calles y arboledas
contrastan con la cuadrícula tradicional de los pueblos coloniales” (Rafael
Pinto Prada, Pag. 12).
Nos relata Don Pedro Bacalao Silva, en un artículo publicado en el
diario El Universal, el 3 de Septiembre de 1945, con motivo del centenario de
Bejuma, lo siguiente: “Si agradable fue la ubicación del lugar escogido para el
pueblo, no lo fue menos el trazado para formarlo, que acusa una amplia visión
de futuro, en la mente de quienes realizaron la obra. Calles rectas y hermosas,
capaces para aceras de un metro veinticinco centímetros como las que lucen. Con
un espacio para tener a los bordes exteriores de estas, frondosas hileras de
árboles de caoba, roble y otras especies, que al mérito de su simple belleza,
unen el de hacer más suave la temperatura”.
Nos relata la historia que el perfecto trazado de las calles se
debe al laborioso inmigrante isleño Don Agustín Bethencourt. El contrajo
matrimonio con Doña Pascuala Coronel y Soto, incorporándose a las actividades
sociales, económicas y políticas de Bejuma. Fundó la primera escuela gratuita,
una banda de música y la “Sociedad de Amigod de Bejuma”.
La aldea fue creciendo y entre los años 1843 y 1845 adquirió la
categoría de Parroquia Civil, dentro del Cantón Montalbán. Para comienzos de 1843,
una representación de los habitantes de la aldea Bejuma, se dirigió a la
Diputación Provincial de Carabobo y al Concejo Municipal de Montalbán, para
pedir la constitución de la Parroquia Civil Bejuma. El 13 de Noviembre de 1843
se completó el proceso de elevación de Bejuma, a Parroquia Civil.
El 18 de Septiembre de 1845, un grupo de terratenientes oriundos de
Montalbán, firmaron un acta de donación de los terrenos, sobre los cuales se
asentó el caserío. Los integrantes de este grupo fueron reconocidos y honrados
como fundadores de Bejuma. En dicho documento se ceden todos los derechos de
propiedad, en el sitio llamado Bejuma, para que se erija allí la población,
cosa que ya se venía efectuando, constituyéndose de esta forma la entidad
política autónoma, dentro de la demarcación cantonal.
Este documento está inscrito por ante el Registro Subalterno de
Montalbán, con fecha 18 de Septiembre de 1845.
Bejuma iba creciendo como poblado. Sus habitantes consideraron
necesaria la creación de su propia parroquia Eclesiástica, por lo que el 29 de
Septiembre de 1848, elevaron una solicitud a la Diputación Provincial de
Carabobo; petición que fue aprobada por esta el 10 de Julio de 1849, mediante
decreto que creaba la Parroquia San Rafael de Bejuma. Este decreto fue
reconocido por el Gobernador de la Provincia de Carabobo, siendo su primer cura
párroco, Martín Windevoxhel. La creación de Bejuma como parroquia Eclesiástica
fue refrendada por el Ejecutivo Nacional, mediante resuelto emanado de la
Secretaría de Interior y Justicia, siendo su titular el Doctor Manuel Machín.
En Caracas el 1 de Octubre de 1849, según el mismo poder en uso de
la atribución 14, que le concede el artículo 6 de la Ley de Patronato, aprueba
la erección de la Parroquia Eclesiástica de Bejuma, previamente acordada por el
Señor Gobernador de la Provincia de Carabobo, Dr. Joaquín Herrera, en decreto
de fecha 24 de Agosto de 1848. Este aprobado fue publicado en la gaceta oficial
de Venezuela, de fecha 10 de Julio de 1849.
Ya formalizada Bejuma como Parroquia Civil Eclesiástica del Cantón
Montalbán, comenzó a mostrar un crecimiento sostenido de la actividad agrícola,
vinculada con la fundación de plantaciones de cafetos, creando una interesante
prosperidad en sus élites fundadoras. Se generó de esta manera una rápida
expansión comercial y demográfica. El pueblo fue creciendo. Bejuma requería ser
más que una parroquia.
Así fue como casi diez años más tarde, el 19 de Julio de 1859, la
Diputación Provincial de Carabobo elevó Bejuma a Cantón, separándola del
tutelaje de Montalbán. Esta separación fue promovida por un considerable número
de personas, representativas de la comunidad, quienes, para lograr su
propósito, suscribieron un documento que luego enviaron a la Diputación
Provincial, que en ese momento se hallaba sesionando en Valencia. Este
documento justificaba la independencia de Bejuma, ya que para ese entonces,
desarrollaba actividades agrícolas y comerciales prósperas, suficientes para
aspirar la independencia.
El primero de Enero de 1860 se posesionaron las autoridades
Municipales y Civiles del Cantón Bejuma, que incluía para entonces, bajo su
jurisdicción, la población de Canoabo y las tierras que componen el valle de
Chirgua. Fue designado su primer Concejo Municipal con Don Juan Aniceto Ojeda,
como Presidente. Los concejales fueron: José de Jesús Fuenmayor, Eulogio
Zapata, Catalino Meneses y Francisco Robles. Asi mismo se nombraron las
autoridades locales: Carlos Coronel, Juez del Cantón Bejuma y Esteban Muñoz,
Jefe Municipal.
Independizada del Cantón Montalbán, con su gobierno propio, se
incentivó el crecimiento poblacional, agrícola y comercial. Para la década de
1860 ya contaba con una oficina de correo, regentada por Don Ezequiel González.
De esa oficina salieron las famosas estampillas “Las Bejuma”, mencionadas como
las primeras que circularon en Venezuela.
El reparto de la correspondencia a Valencia y pueblos vecinos se
hacía en bestias.
En la década de 1870, Bejuma entra a la red telegráfica, junto a
Montalbán y Nirgua, conectados a la línea central de Valencia. El 26 de
Septiembre de 1874, el General Antonio Guzmán Blanco inaugura la primera
carretera Valencia – Bejuma – Montalbán, pernoctando ese día en Bejuma. Ya en
1876 la carretera había llegado a Nirgua. Esta vía se construyó a pico y pala,
para dar paso a carruajes de tracción animal. Fue evidente el incremento en el
comercio, entre Bejuma, Valencia y Puerto Cabello, gracias a esta comunicación
terrestre. Los arreos de burros y mulas que transportaban el café a esas
ciudades, ahora competían con el transporte de carretas.
Para 1873 la producción de café de estos valles altos estaba por el
orden de 3.700.000 kilos anuales. A finales del siglo XIX se agrega la
producción de Chirgua, que alcanzaba 1.500.000 kilos anuales. Ya ese año (1873)
Bejuma era reconocida como uno de los más grandes productores de café.
También se logró una importante zafra de caña de azúcar, 1500
cargas de aguardiente y 3.500 cargas de papelón al año.
Evidente resulta que el progreso de Bejuma iba de la mano del
avance económico de ese grupo de hombres que se dedicaron a cultivar con éxito
la tierra. Por haber sido fundada Bejuma en una encrucijada de caminos y a
orillas del Camino Real, que comunicaba a Nueva Segovia de Barquisimeto con
Valencia del Rey, estuvo expuesta al continuo paso de tropas por el centro del
poblado. En este Camino Real dejaron su huella los conquistadores españoles y
alemanes, con incursiones que buscaban los veneros de oro de Nirgua, y los del
Cerro El Perico en Chirgua.
En la Guerra de la Independencia pasaron tropas españolas y tropas
patriotas. En la Guerra Federal, Montalbán y Bejuma fueron tomadas como
cuartel. En los años 1858-1892-1898, las calles de Bejuma fueron escenario de
cruentas batallas, que trajeron angustia y zozobra a sus pacíficos habitantes.
Bejuma entró al siglo XX bajo la férrea dictadura de Cipriano
Castro y Juan Vicente Gómez, sin dejar de mantener el ritmo del progreso. La
Calle Real lucía como una de la época colonial. Sus hermosas casas eran
habitadas por los descendientes de los fundadores. Estas tenían vistosas
fachadas, con portones iluminados con faroles, ventanales de la época y sus
cocheras. La Plaza Principal, sembrada de árboles frutales y matas
ornamentales. La Casa Municipal y el viejo Templo, hogar perenne de nuestro
patrono San Rafael, le daban prestancia y señorío al lugar.
A pesar de todas estas dificultades Bejuma nos dio en los
tumultuosos siglos XIX y XX, mujeres y hombres que supieron enaltecer el
gentilicio del terruño con sus ejecutorias en el trabajo y en todas las ramas
del saber: Educadores – verdaderos maestros de la enseñanza, insignes
sacerdotes que dejaron huellas por la geografía de nuestra patria, poetas que
recitaron sus poemas en América y Europa, escritores de fina pluma, médicos,
abogados, periodistas, ingenieros, comerciantes, agricultores. Todos ellos son
acreedores de nuestra gratitud.
Considero necesario consignar un justo reconocimiento al grupo de
donadores de los terrenos y fundadores de la naciente parroquia Bejuma.
Porque seguramente aquel acto histórico el 13 de Noviembre de 1843
no fue medido en su cabal trascendencia por los fundadores: Pedro Vicente
Núñez, Ezequiel González, Carlos Giran, Carlos Coronel, Víctor Coronel, Marcos
Coronel, Candelaria Soto, Juana Soto, Mauricio García, María de la Concepción
Román, José Francisco Ortega, Agustín Miguel Pinto, Lorenzo Orozco, Pedro José
Rivero y Francisco Niño. Testigos fueron Agustín Bethencourt y Narciso
Villegas, hombres y mujeres de vida simple. Sobrios soñadores de grandezas. De
ellos nació como población honrando la memoria ilustre de aquellos varones y
aquellas matronas, cuyo nombre heredamos junto al ejemplo de su rectitud y
laboriosidad. Ellos no solo soñaron con fundar un pueblo sino hacerlo crecer en
grande. Es evidente que ese sueño se realizó. Bejuma ocupa hoy el primer lugar
como pueblo de mayor progreso y futuro, en estos valles altos del Estado
Carabobo. Los bejumeros nos sentimos orgullosos de nuestros antepasados,
quienes con su trabajo creador nos dejaron un pueblo que en distintas épocas
sus hijos han sabido conducir, con eficacia y responsabilidad, por el sendero
seguro, para lograr metas de prosperidad y grandeza.
Ahora le toca esta responsabilidad a las nuevas generaciones, para
lograr con éxito un futuro próspero, para que todos los que aquí convivimos,
los nativos del terruño y los que de lejanas tierras vinieron para
quedarse. Estrechemos lazos de hermandad
y confraternidad, para disfrutar una vida plena de paz y armonía, como buenos
hermanos de la bendita tierra bejumera.
Víctor Julio Coronel
Cronista Municipal
Buenas noches Lic, Hay algun documento acerca de la designacion de Monseñor Torres Coronel como hijo ilustre de Bejuma
ResponderEliminarPuedes enviármelas a mi correo luisrosaleselcarabobeno@gmail.com
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